domingo, 18 de marzo de 2018

¿Somos libres de elegir o sujetos a las elecciones ajenas?

18 de marzo del 2018

Últimamente he estado pensando más de lo usual acerca de una pregunta que alguna vez intente responder, pero que en ese proceso olvide totalmente. ¿Las acciones que los seres humanos tomamos en nuestras vidas son realmente lo que deseamos hacer o lo que se espera nosotros? Siendo honesto es una pregunta muy compleja, por lo que explicaría porque la deje a un lado durante un tiempo. Sin embargo, el hecho de que la retome ahora no significa que posea una respuesta definitiva, sino que tal vez, ahora poseo más elementos para la construcción de una aproximación a esta cuestión que me perturba.

Por alguna razón, todas las personas desde que nacen hasta que mueren esperan algo de los demás, ya sea por parte de los padres hacia sus hijos, entre esposos, amigos, conocidos, siempre se espera algo. Esto, por supuesto, está en cierta medida justificado, ya que vivimos en una sociedad y, por tanto, sujetos a relacionarnos unos con otros. Para ello, exactamente fue que desarrollamos la comunicación. Para entender nuestras necesidades y escuchar las demandas de los demás en fin de suplirlas. Sin embargo, el gran problema de esta relación comienza cuando la expectativa de responder al otro crea un problema para nuestra personalidad, es decir, empieza a regir el modo como actuamos y pensamos.

Un ejemplo de ello es el caso de cuando somos pequeños, donde nuestros padres nos exigen como actuar y movernos independientemente de nuestros deseos, con el propósito de enseñarnos ciertos comportamientos o formas de pensar mediante la premiación y el castigo. Esta tendencia aviva aún más cuando crecemos, ya que nuestros padres esperan aún más cosas de nosotros, las cuales si no son respondidas satisfactoriamente como fueron planeadas son igualmente castigadas o premiadas, pero desde un punto de vista  mas social  como lo puede ser una cara de felicitación o un rostro de decepción.

De este modo, las acciones que decidimos desarrollar en nuestra vida diaria están particularmente condicionadas, puesto que nos encontramos en constante búsqueda de la meritocracia en la toma de decisiones de nuestras vidas, más que en lo que realmente queremos hacer. Puesto que, al ser seres sociales buscamos continuamente que el otro se fije en nosotros, haciendo todo lo posible para lograrlo, inclusive si para ello de ser necesario debamos crear nuestra imagen al servicio del otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario