domingo, 11 de marzo de 2018

La naturaleza humana vivificada en el mito

11 de marzo del 2018

Me permito hacer esta reflexión sobre el mito de Dédalo e Ícaro tanto por su mensaje histórico y cultural sobre la naturaleza humana del que trataré en este texto, Como por el carácter emotivo que este me causa. Al ser el texto favorito de mi padre y unos de los primeros textos que me fue compartido por mi él en mis primeros años de lectura, con el cual aprendí muchas cosas sobre la vida, sus obstáculos, sus recompensas y los diferentes caminos que se pueden recorrerse a través de ella.

Este mito narra la historia de Dédalos, el gran ingeniero e inventor más grande que la antigua Grecia conoció en toda su historia y de su respectivo hijo Ícaro; heredero de su legado y su más preciada posesión. Dédalo era alabado por sus grandes obras y sus ingeniosos inventos que parecían ser sustraídos del mismo cielo del Olimpo.  Obras que lo llevarían a ser llamado por el gran rey Minos de la isla de Creta, para que inventara un dispositivo para retener una peligrosa bestia llamada el minotauro.  Allí, Dédalo desempeña tan buen papel que realiza un laberinto sin igual de donde nadie además de él podría escapar. Gracias a esta hazaña el minotauro queda encerrado y el rey Minos tan agradecido por el trabajo de dédalo, que decide encerrarlo en una gran torre junto a su hijo, para que siga construyendo más dispositivos fantásticos para él.

Antes proseguir con el mito deseo detenerme un poco aquí, puesto que si continúo narrando y no digo nada al respecto.  Muchos lectores podrían pensar que este escrito no es más que una excusa para hacer un breve resumen de una historia que me causa un gran impacto emocional y que por lo tanto deseo transmitir a las demás personas, para que sientan lo que yo. En lo que quiero hacer hincapié aquí, es en unos de los aspectos de la naturaleza humana más marcados que este texto de cientos de años narra de una manera tan singular, propia y descriptiva como lo puede ser el egoísmo humano retratado en Minos en este mito. (no me refiero a Minos el hijo de Zeus y Europa quien fue un buen rey toda su vida, sino a Minos hijo de Licasto e Idea un vil rey de esta línea de tiempo) Minos es vivificado con la imagen de un ser egoísta y con ansias de poder, quien al ver una persona con un don excepcional quiere intenta apoderarse a toda costa de él; incluso si de ser necesario, este deba tomar su vida o privarlo de su libertad. Un aspecto tan moderno y contemporáneo descrito hace cientos de años que hoy puede ser visto tan notoriamente en las recientes tragedias de la historia de la humanidad, donde muchos hombres en contra de su voluntad fueron obligados a participar en grandes proyectos virales y destructivos en busca del poder a través del uso de sus dones. Así pues, el hombre como señalo alguna vez Plauto en su dramática obra Asaria “el hombre es un lobo para el hombre” refiriéndose a que el estado natural del hombre es la lucha continúa contra su prójimo de intentar sublimarlo para que uno de los dos sea vencedor.  Reflejado en la visión de Minos de la opresión de Dédalo.

Continuando con el relato, Dédalo no se desanima por la encrucijada en que se encontraba con su hijo atrapado en lo alto de una torre. Este se las ingenia para construir un par de alas y escapar a toda velocidad junto a su hijo. Sin embargo, Ícaro vuela mas allá de las instrucciones de su padre y cae en el vasto mar.  Dédalo destrozado por la muerte de su hijo decide construirlo un templo en su honor y colgar sus alas junto a él como promesa que no volvería a volar.
De este pequeño ultimo fragmentó muchas cosas son expresadas en torno a la naturaleza humana. Primero el incansable espíritu humano de no dejarse caer ante las adversidades y de buscar siempre otra vía de escape de los problemas, puesto que mientras permanezcamos vivos, con solo algo de esperanza las cosas pueden lograrse. Segundo ser conscientes de nuestras limitaciones, es decir, tener conciencia de que es lo que podemos hacer por ahora y hacerlo. No extralimitarnos, sino ir paso por paso hasta lograr aquello que anhelados y no de golpe. Como el deseo de Ícaro de libertad tan grande que tuvo, que le costó no poder hacer uso de ella en vida.  Así pues, Quise traer esta reflexión, porque este texto provee un mensaje muy profundo sobre los diferentes rostros de la humanidad tanto buenos como malos, los cuales nos incitan reflexionar sobre nuestras acciones y a vernos a nosotros mismos.

1 comentario:

  1. Ahora entiendo por qué la emoción y el sentimiento que le imprimiste a esa lectura cuando la hiciste en clase. Es bonito que sin que nosotros supiéramos, hayas compartido un legado tan íntimo que te dejó tu papá, y también que hayas compartido una lectura que es tan importante en tu vida.

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