viernes, 4 de mayo de 2018

Reflexión texto bajo presíon

Texto base

El hombre es un ser vivo en constante búsqueda del sentido de la vida. Una búsqueda de miles de años pero sin ningúna pista. La única especie entre todos los seres vivos, que aún no descifra el propósito o destino en el mundo que habita. Una maldición que solo el hombre posee y una maldición que solo el hombre puede romper. Es por ello, que los hombres se pasan la vida aprendiendo lo más posible del mundo, de su realidad, con el objetivo de que en su infantil comprensión pueda dar respuesta a su incognita más grande, la cual es su vida.

Corrección

El hombre es un ser vivo en constante búsqueda del sentido de su vida, la cual por miles de años aún no ha podido descifrar, a diferencia de los demás seres vivos de la naturaleza cuyas vidas ya han sido predispuestas a realizar un propósito específico. Es una maldición que solo el hombre posee y que solo por sus medios puede ser disuelta. Es por ello, que la mayoría de los hombres se pasan la vida aprendiendo lo más posible del mundo que los rodea, con el objetivo de comprender en su infantil necesidad de controlar todo, el significado de la vida.


A partir de este ejercicio me di cuenta de que, a la hora de escribir, muchos elementos juegan un papel crucial si se quiere realizar una muy buena tarea. Entre ellos está pensar detenidamente sobre qué se va a escribir antes de escribir, lo cual para muchas personas podría sonar algo tonto y obvio, puesto que para plasmar algo se requiere haber ideado dicha creación en primer lugar. Sin embargo, cuando se dispone de poco tiempo, se puede llegar a sentir que las ideas no fluyen en la cabeza y la ansiedad recorre el cuerpo al no tener una idea clara, por lo que empezamos a garabatear códigos en el papel intentando descubrir sobre la marcha las ideas a escribir. Una acción que en el momento de ser ejecutada parecería una muy buena idea, o por lo menos así lo pensé en ese instante, pero que acabo lastimosamente siendo una pésima elección, ya que en el día que me fue devuelta dicha creación, me percate que había cometido muchos errores tanto en la cohesión de las ideas como en la estructura de las mismas por la constante presión del tiempo. Una experiencia que me sirvió para reconocer mis fortalezas, debilidades y a no confiarme a la hora de escribir por ciertos elementos que creemos que los manejamos muy bien pero que a la hora de la verdad fallamos en ellos.   



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